Los grandes mitos de la pesca de
lobina
Adaptado de Sports Afield, mayo 98 por Vicente Castrejón
Cualquier pescador de lobina tiene a la mano una media
docena (o más) de teorías que se supone nos ayudarán a mejorar nuestra
pesca - o a explicarnos porqué no pescamos nada-.
Estas teorías -o creencias- son parte del folklore y tradición
de la pesca y han sido transmitidos a través de generaciones de pescadores,
quienes los han adoptado como "evangelio". Pero ¿en cuáles debemos creer,
y cuáles deben ser corregidos ó ignorados? Pongamos a prueba nuestra experiencia
contra los siguientes "axiomas".
1.- La lobina no pica durante el desove
Esta es una de las más antiguas creencias, seguida al
pie de la letra por un soprendente número de pescadores. Y no es de extrañar,
pues contiene suficientes elementos de verdad que logran despistarnos.
Durante el desove, las hembras que anidan no buscan alimento activamente,
-eso es muy cierto-.
Pero estos peces comerán si se les presenta una presa
fácil (con frecuencia, los biólogos encuentran hembras anidando cuyos
estómagos están llenos). Más importante aún, durante esta temporada, la
lobina atacará, ó tratará de remover del nido cualquier cosa -una lombriz
de plástico ó un señuelo, por ejemplo- que sea percibido como una amenaza
para los huevecillos.
Grandes hembras son capturadas rutinariamente por pescadores
persistentes que siguen este patrón. De la misma forma, los machos protegerán
ansiosamente el nido, atacando a cualquier intruso que se acerque al mismo.
Siempre asegúrese si en su localidad es legal pescar durante el desove,
y si es así, libere cuidadosamente a las hembras cargadas de huevos. De
esta manera se asegura la permanencia de la especie.
2.- La lobina es "hogareña"
No es sorpresa que los pescadores crean que la lobina
se mantiene apegada a sitios específicos. De hecho, biólogos han confirmado
que la lobina a menudo demuestra una marcada "fidelidad a su lugar" -alevines
liberados en una determinada área tienden a quedarse en ella en lugar
de dispersarse-, y en investigaciones llevadas a cabo con lobinas marcadas,
se ha descubierto que un mismo ejemplar adulto es capturado en repetidas
ocasiones en el mismo lugar. Es por ello que tenemos más confianza cuando
nos aproximamos al viejo árbol caído donde hemos capturado peces con anterioridad,
pues tenemos la idea de que el lugar alberga grandes lobinas. Aún así,
asegurar que la lobina es "hogareña" es simplificar demasiado el concepto.
Estudios de telemetría han demostrado que la mayoría de
las lobinas se encuentran en movimiento constante, siguiendo una ruta
más ó menos regular. Algunas lobinas trazan vueltas amplias, y cuando
encuentran alimento -generalmente cerca de estructura donde puedan emboscar
a sus presas- llegan a detenerse durante algún tiempo, pero pronto reanudan
su ruta. Aunque ocasionalmente interceptaremos lobinas en nuestros lugares
favoritos, esto explica porqué la pesca falla con frecuencia en lugares
reconocidos como productivos.
3.- Las lobinas grandes son solitarias
Si comparamos la población de un lago, veremos que la cantidad
de lobinas grandes (trofeos) es menor que la de lobinas de menor edad.
Es por ello que es muy difícil -pero no imposible-, encontrar escuelas
ó grupos de grandes lobinas en la mayoría de los cuerpos de agua. Además,
las lobinas grandes son más viejas, cautas y difíciles de engañar con
señuelos. Por otro lado, gran cantidad de buzos han reportado escuelas
de lobinas grandes, y biólogos que rastrean lobinas con telemetría han
observado la misma tendencia.
Tiene sentido pensar que el instinto de agrupamiento -bien
documentado en lobinas de menor tamaño-, se mantiene en peces más viejos.
Pescadores en lagos y presas donde abundan lobinas de gran tamaño -Lake
Fork, Texas, por ejemplo-, están bien familiarizados con escuelas de lobinas
grandes, y es un patrón que siempre buscan. Ya que al mantenerse unidas
las grandes lobinas incrementan sus posibilidades de éxito al cazar, estas
no siempre son antisociales.
Es buena idea mantenernos un tiempo extra en el lugar
donde recién hemos capturado una lobina grande. Se han logrado algunas
capturas impresionantes haciendo lo anterior.
4.- Grandes señuelos capturan grandes lobinas
Por supuesto que sí. Pero señuelos medianos, y aún pequeños
dan resultado. En realidad, el tamaño del señuelo tiene más que ver con
la forma en que nos gusta pescar. Al elegir un señuelo grande -un curricán
de 10", ó una lombriz de 11"- se eliminan los "piquetes" de lobinas pequeñas,
y los ejemplares capturados tenderán a ser más grandes.
Pero con toda seguridad se capturarán menos lobinas. Por
otro lado, si usted disfruta la captura de lobinas de cualquier tamaño,
los señuelos más efectivos son aquellos dentro del rango de 1/4 a 5/8
oz. Además, no hay evidencia sólida que demuestre que la elección de un
señuelo mediano sacrifica las posibilidades de capturar un ejemplar grande.
De hecho, una táctica probada para provocar lobinas recalcitrantes
de todos tamaños es el uso de señuelos más pequeños. Por supuesto, si
usted tiene éxito con señuelos grandes, úselos.
5.-Clima muy caluroso = Mala pesca "Hace calor"
"Esto es miserable, los peces no pican, y lo mejor
será esperar hasta el otoño". Esto es un mito.
De hecho, los días más calurosos pueden significar la
mejor pesca del año, especialmente en lagos y presas grandes y profundos.
¿Porqué? A diferencia de otras temporadas del año, en que la lobina se
puede encontrar en cualquier parte de un cuerpo de agua, durante la temporada
de calor se ven obligadas a buscar ciertas profundidades en busca de la
óptima combinación de temperatura, oxígeno y alimento.
Aunque en ocasiones éste nivel ideal puede encontrarse
más profundo, en promedio no es mayor a 3 - 5 metros. Localice un buen
punto de estructura dentro de ésta banda, y habrá encontrado un lugar
que casi invariablemente albergará lobinas durante la temporada de calor.
Con seguridad, este es uno de los patrones más predecibles en la pesca
de lobina.
6.- Si podemos encontrar a la lobina, podemos pescarla.
Hay numerosas ocasiones en que la lobina simplemento no
comerá durante períodos extendidos. El misterio se complica cuando prácticamente
ningún pez en un lago picará durante días, aún y cuando las condiciones
del agua y del clima parezcan invariables, al tiempo que en un lago vecino
la pesca puede ser buena. Los biólogos simplemente no conocen la respuesta,
pero han observado que durante estos períodos las lobinas se mantienen
suspendidas en aguas abiertas, donde rechazan picar hasta los más apetitosos
y fáciles ofrecimientos.
Algunos pescadores persistentes insisten durante estos
días, y su esfuerzo es recompensado ocasionalmente. Pero en general, tiene
más sentido darse por vencido, a menos que se anticipe un cambio en el
clima que pudiera mejorar las probabilidades de pesca.
7.- La lobina se alimenta activamente justo antes de obscurecer.
Otro mito gastado. En realidad, la mejor pesca usualmente
se da mucho más temprano, empezando al menos una hora antes de la puesta
del sol, cuando las primeras sombras caen sobre el agua.
A menudo hay conmociones de alimentación a la hora de
la puesta del sol, que durarán durante unos 30 minutos, aproximadamente.
Pero cuando se presenta el crepúsculo real -la llamada hora mágica, justo
después de obscurecer, cuando de acuerdo a la tradición debemos esperar
la mejor pesca- inexplicablemente, la lobina detiene su alimentación.
Nos mantenemos en el agua, dentro de la creciente obscuridad,
pensando que es el mejor momento. Y no lo es. Se acabó. Hay excepciones,
por supuesto, pero lo mejor es regresar a la orilla. Una teoría es que
la estructura del ojo de la lobina tarda en adaptarse a cambios rápidos
de iluminación lo cual le impide ver muy bien cuando su entorno se obscurece,
aunque eventualmente sus ojos se ajustarán para alimentarse durante la
noche.
8.-Los anzuelos se oxidan hasta desintegrarse.
Claro, así como los vaqueros de las películas se sacuden
del cuerpo múltiples balas calibre 0.44. Hoy en día, liberamos a los peces
que capturamos por la práctica, -y ética- razón de que deseamos que sobrevivan
para ser capturados nuevamente.
Pero muy frecuentemente hacemos uso de información atrasada,
y ninguna regla es más cuestionable que la creencia de que cuando cortamos
la línea y dejamos un anzuelo clavado profundamente, éste se oxidará y
desintegrará rápidamente, ó será consumido por los ácidos estomacales,
con poco ó ningún daño para el pez. Aún y cuando esto era verdad en el
pasado -tal vez con anzuelos de alambre-, ya no es válido en la pesca
moderna.
La mayoría de los peces con un anzuelo clavado profundamente
han sido capturados con señuelos de plástico suave, aparejados con anzuelos
en medidas que van del 1/0 al 5/0-, dichos anzuelos no sólo son grandes,
sino que están fabricados de aceros modernos, que pueden inoxidables ó
resistentes al óxido. Esta clase de anzuelos no se deteriorará lo suficientemente
rápido, por lo que las probabilidades de supervivencia del pez disminuirán
drásticamente.
Ocasionalmente se capturan lobinas sanas con anzuelos clavados
profundamente dentro de sus bocas, pero la probabilidad de supervivencia
a largo plazo de estos ejemplares no es buena. Una forma de evitar lo
anterior es clavar el anzuelo con rapidez, antes de que la carnada o señuelo
sean totalmente tragados por el pez. Al momento de sentir que éste pica,
inclinar la caña para aflojar un poco la línea, embobinar rápidamente
y clavar el anzuelo. En segundo lugar, se sugiere tener cuidado al retirar
el anzuelo, para hacerlo sin dañar (en lo posible) al pez.
Extraer un anzuelo con pinzas puede lastimar al pez, pero
si la boca de éste es lo suficientemente grande como para retirar el anzuelo
con dos dedos, es posible extraer el anzuelo sin desgarrar el estómago
del animal. Hay que empujar ligeramente el anzuelo mientras se gira suavemente
hasta lograr liberar la punta. Otra alternativa es el uso de anzuelos
sin barba, que son tan efectivos como los tradicionales siempre y cuando
se mantenga tensión en la línea.
9.- Los torneos de han arruinado la pesca de la lobina.
Sin importar lo que se piense sobre los torneos profesionales
ó amateurs, hay puntos que no pueden ser rebatidos.
La pesca sigue siendo buena en la mayoría de los lagos
ó presas donde se llevan a cabo gran cantidad de torneos. De hecho, muchos
pescadores que ni siquiera soñarían con participar en un torneo dicen
que la pesca está mejor que nunca. ¿A qué se debe lo anterior? En primer
lugar, las asociaciones de pesca deportiva como B.A.S.S. han adoptado
procedimientos que aseguren la liberación de los peces en forma segura
para estos.
Aunque aún se presentan índices de mortalidad, y la dispersión
de los peces liberados puede ser mejorada, los torneos no han tenido un
impacto desastroso. Aún más importante, los pescadores profesionales y
conductores de programas de pesca se han convertido en celebridades.
Y han predicado la práctica de capturar y liberar en tal
forma, que hoy en día es difícil encontrar un pescador de lobina que no
se enorgullezca de liberar un ejemplar capturado. Y ésta ética -inimaginable
20 años atrás- se debe precisamente a los torneos.
Vicente Castrejón.
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